Intercambio de cartas: Amelia y Frida
Querida Amelia Earhart
Querida Amelia Earhart:
¿Cómo has estado? Se que no nos comunicamos hace mucho tiempo, igualmente, quiero que sepas que siempre te llevo conmigo. No obstante, debo disculparme por mi ausencia durante estos últimos años, las cosas no fueron fáciles para mí.
Desde la última vez que charlamos, debí someterme a 15 operaciones quirúrgicas más. Como advertirás, me mantengo recostada en esta triste cama. Sin embargo, siento que mis días se están acabando. Lo siento por las mañanas, cuando mis ojos se muestran cada vez más cansados para abrirse y comenzar el día. Lo siento dentro de mí, cada día un poquito más.
En fin, quería proponerte una aventura. Al estar llegando al final de mi recorrido, me pareció una buena decisión gastar mis últimas energías en levantarme de este horroroso colchón y salir de mi propio sufrimiento. En estos días, recordé aquella vez, hace unos años, como a finales de los 30´s, cuando me contaste acerca de la idea de intentar el primer viaje aéreo alrededor del mundo sobre la línea ecuatorial. Nunca supe la razón por la cual se suspendió aquel proyecto, pero te propongo ponerlo en marcha una vez más. Llévame contigo a recorrer el mundo. Permíteme acompañarte en la travesía, permíteme conocer otros países, otras culturas, otras condiciones sociales. Permíteme retratar algo más que mi sufrimiento. Permíteme representar a los demás. Permíteme demostrar la verdadera vida. Como bien dijo una vez mi querido amigo Trotsky: "será ridículo, absurdo e incluso estúpido hasta más no poder, pretender que el arte permanecerá indiferente a las convulsiones de nuestra época". Hagamos como el Che Guevara el año pasado, quien estuvo recorriendo el continente latinoamericano por nueve meses en su motocicleta, viaje que le brindó un conjunto de experiencias y testimonios que lo transformaron por completo, le abrieron los ojos. Llévame contigo a recorrer el mundo y se te compensará. Todas mis obras del viaje serán tuyas y, lo más importante de todo, obtendrás una mirada de la realidad.
Reconozco la responsabilidad que implico, no va a ser sencillo. No obstante, valdrá la pena. No descartes la propuesta. Por favor ven a visitarme a México y lo charlaremos correctamente, ya sabes donde encontrarme. Lamento proponerte semejante plan, pero como seguramente ya has escuchado antes, "el tiempo todo lo cura, menos la vejez y la locura".
Espero tu respuesta, cuéntame de ti y cómo te encuentras.
Frida
Estimada Frida:
Me alegra mucho haber recibido tu carta. No creas que te he olvidado, por el contrario, te recuerdo en cada obra de arte que veo.
Me quedé sorprendida al leer sobre tus cirugías y espero de corazón que puedas reponerte pronto. Entiendo que debe ser muy difícil y requerirá de mucha fuerza de voluntad que estoy segura sacarás de algún lado aunque creas que no puedes.
En cuanto a tu propuesta, me lo he pensado muy bien y lamentablemente debo rechazarla. Créeme que me es tan difícil escribirte estas líneas por lo mucho que te aprecio pero creo que tu salud física no está en las condiciones necesarias para someterte a la presión de realizar un viaje alrededor del mundo y menos en los términos y tiempos que estoy planeando. Además, la ruta por el pacifico esta llena de blancos algodones que hacen que el avión se sacuda terriblemente. ¡Si llegamos a presentar turbulencias fuertes tus débiles huesos aguantarán muy bien!.
Como siempre querida, sigo admirando profundamente tu arte y aunque no puedas llenarte de inspiración en los cielos estoy completamente segura de que la encontrarás en tu tierra tan amada. No quiero que tu dolor te impida seguir creando.
Por favor, sígueme enviando pinturas para decorar la pared de mi comedor. Te sorprendería ver que bellas quedan.
Frida querida, sigue cuidándote mucho. Prometo visitarte cuando pase por México.
Saludos y cariños
Amelia Earhart
Consigna:
El personaje propio que recibió la negativa a su propuesta, ahora tiene que redoblar los esfuerzos para convencer al otro personaje. Para ello, debe utilizar una analogía (es una doble comparación, A es a B como C es a D) y el recurso de un ejemplo histórico, además de contraargumentar lo que aparece en la carta de la negativa.
Querida amiga:
Agradezco haber recibido tu respuesta y saber que te encuentras bien. Asimismo, me enorgulleces y me halagas al decirme que me recuerdas en cada pintura. Por supuesto que te seguiré mandando mis trabajos, siempre los has apreciado y valorado como nadie ha hecho antes.
En cuanto a tu contestación, por favor, te suplico que lo reconsideres. No entiendas y no hagas que mi enfermedad se vuelva un obstáculo. ¿Acaso viste que el asma le impidiera al Che cumplir sus logros? Pudo haber sido un estorbo para cuando emprendió aquel viaje de extenso recorrido por distintas provincias de Argentina y países de América Latina. También lo pudo haber sido cuando se integro al grupo de expedicionarios cubanos con el objetivo de luchar contra el régimen dictatorial imperante en la nación antillana. En fin, su enfermedad pudo haber sido una limitación en su vida, sin embargo, no lo permitió. Lucho como todo un guerrillero heroico.
Reconozco que no estamos hablando de la misma discapacidad, no obstante, se dice que no hay nada que no tenga solución. Estuve pensando en formas de afrontarla para lograr disfrutar del viaje. Para comenzar, sería esencial un entrenamiento, una preparación, acorde a mis desventajas. Sin embargo, considero principal la obtención de más equipo que ayude a fortalecerme durante la travesía, como mis corsés hermosamente decorados, mi artística pierna ortopédica, mis zapatos desiguales o mis remedios para el dolor.
Se que puede parecer una locura, sin embargo, te ruego que no desistas. Esta aventura para mi, es como aquel viaje en moto para el Che. Ayúdame a retirarme dejando la enseñanza de que ninguna discapacidad o enfermedad puede limitarnos al momento de perseguir y alcanzar nuestros sueños. Lamento mi insistencia, pero te aseguro que no te arrepentirás.
Mis mejores deseos,
te quiere,
Frida
Estimada Frida:
ResponderBorrarMe alegra mucho haber recibido tu carta. No creas que te he olvidado, por el contrario, te recuerdo en cada obra de arte que veo.
Me quedé sorprendida al leer sobre tus cirugías y espero de corazón que puedas reponerte pronto. Entiendo que debe ser muy difícil y requerirá de mucha fuerza de voluntad que estoy segura sacarás de algún lado aunque creas que no puedes.
En cuanto a tu propuesta, me lo he pensado muy bien y lamentablemente debo rechazarla. Créeme que me es tan difícil escribirte estas líneas por lo mucho que te aprecio pero creo que tu salud física no está en las condiciones necesarias para someterte a la presión de realizar un viaje alrededor del mundo y menos en los términos y tiempos que estoy planeando. Además, la ruta por el pacifico esta llena de blancos algodones que hacen que el avión se sacuda terriblemente. ¡Si llegamos a presentar turbulencias fuertes tus débiles huesos aguantarán muy bien!.
Como siempre querida, sigo admirando profundamente tu arte y aunque no puedas llenarte de inspiración en los cielos estoy completamente segura de que la encontrarás en tu tierra tan amada. No quiero que tu dolor te impida seguir creando.
Por favor, sígueme enviando pinturas para decorar la pared de mi comedor. Te sorprendería ver que bellas quedan.
Frida querida, sigue cuidándote mucho. Prometo visitarte cuando pase por México.
Saludos y cariños
Amelia Earhart