"El comodín de la muerte"
Consigna:
A partir de la anécdota de Chejov, contar un cuento. "Un/a ............. (nombre o tipo de personaje, en ............. (lugar, ambiente, época), va a un/a ............. (situación, ambiente más concreto, institución), gana/hereda/accede/encuentra/roba/recibe/falsifica/etc un millón (o cifra más grande), vuelve a ............. (lugar, ambiente, etc), se suicida".
El ambiente se puede elegir en el pasado, presente o futuro, también se puede variar el género (fantástico, de terror, de ciencia ficción, drama, cómico o paródico, policial, maravilloso, de iniciación), el tipo de protagonista y la trama de los hechos. Lo principal es que se vean las dos lógicas, la de la historia del dinero o riqueza descubierta y la del suicidio.
El ambiente se puede elegir en el pasado, presente o futuro, también se puede variar el género (fantástico, de terror, de ciencia ficción, drama, cómico o paródico, policial, maravilloso, de iniciación), el tipo de protagonista y la trama de los hechos. Lo principal es que se vean las dos lógicas, la de la historia del dinero o riqueza descubierta y la del suicidio.
El comodín de la muerte
Lara Grün
Se pellizcó la nuca y tiró los dados. Primero un uno, el que le siguió un tres, posteriormente otro uno y, finalmente, un cero. Apagó la radio de fondo, se calzó con sus viejas alpargatas y salió de la desordenada casa. Caminó por esas cuatro cuadras familiares, de vez en cuando mirando para atrás. Al llegar al destino, la quiniela del barrio, entró y un "hola" inaudible brotó de sus secos labios.
- ¿Cómo va?, ¿qué número toca esta vez? - dijo Miguel detrás del mostrador.
Miguel era un señor mayor de aproximadamente sesenta años. Pelo canoso al igual que su barba. Como la mayoría de los hombres de esa edad, tenía unos anteojos y muy bien cuidados. En general, siempre vestía una camisa clara con una suéter de color sin mangas, la parte de abajo da igual, esa siempre permanecía oculta del otro lado del mostrador. Un viejo de aquellos que se despiertan a las 5 de la mañana, escuchan la radio mientras se toman su té (sin azúcar) y pelean con su mujer si es que sigue viva. Un típico viejo amargado que lo intenta disimular para no ser el típico viejo amargado. Un viejo que finge ser simpático pero en el interior es una máquina de criticar todo terreno.
- 1310 - contestó casi susurrando mientras se pellizcaba la nuca.
Al volver al anticuado edificio, siguiendo la rutina, se sacó las alpargatas ayudándose con un pie, encendió la radio y se dirigió a la cocina para recalentar las sobras del día anterior. Más fideos. La cena transcurrió en un silencio profundo acompañado de una charla insignificante proveniente del aparato. Al finalizar, corrió su plato a un lado junto al resto y agarró las naipes.
Su mazo anterior lo había perdido dentro del caos, por consiguiente, rompió el paquete transparente inaugurando el nuevo. Comenzó a separar los ochos, los nueves y los comodines. Al jugar Solitario, no se veía como un hombre marginado, no existía la opción de jugarlo con otros sujetos, por lo tanto, no estaba distanciándose de nadie ni nadie lo estaba distanciando a él. Continúo con la preparación del juego, mezcló el mazo con dificultad debido al temblor de sus manos, repartió la primera carta y la colocó boca arriba a su lado izquierdo. Luego, repartió seis cartas más pero boca abajo, en fila y a la derecha. A diferencia de él, cada carta tenía su propio lugar. Prosiguió armando la partida.
Antes de poder hacer el primer movimiento de la jugada, una voz se oyó de un lugar desconocido. Paró en seco y se pellizcó la nuca. La volvió a oír. Mantuvo la respiración, guardando más silencio del que venía logrando. De nuevo. No era la primera vez que escuchaba voces, no sucedía seguido pero cuando surgía la circunstancia intentaba obtener la mayor información. Y una vez más. Al escuchar ésta última, dispersó los excluidos ochos, nueves y comodines. Ahí estaba, un bufón mirándolo fijamente con su ridículo traje rojo y negro.
- Que cara eh - le dijo burlonamente el comodín.
- ¿Qué queres? - contestó secamente agarrando la carta.
- Epa epa, yo sólo vine a hacerte un poco de compañía, la radio no es tan divertida como yo, ¿o no?
Se quedó callado, no sabía que contestar. No era habilidoso en el ámbito del dialogo, menos cuando se trataba de una carta y menos de menos cuando esa carta era un bufón con ganas de joder.
- ¿Hace cuánto que no te bañas che? Tu pelo esta tan sucio que creo poder verme reflejado en la grasa que tiene - añadió el joker tras no recibir respuesta.
Él sabía que el bufón no estaba en lo incorrecto, últimamente el aseo no era una de sus prioridades. Se pellizcó la nuca. Todavía tenía la carta en la mano, la miraba expectante mientras movía su pierna por abajo de la mesa, de arriba a abajo ansiosamente.
- Noto que ni el baño ni la charla son lo tuyo - dijo riéndose y aplaudiendo - Esta bien, la voy a hacer corta, traigo buenas y malas noticias.
Seguía mirándolo, ya se estaba enojando, quería que se callara a pesar de cualquier noticia. Se volvió a pellizcar la nuca.
- Bueno, bueno, sólo quería contarte un secretito, podría guardármelo ya que, vos me dejas del otro lado de la mesa con los otros giles, pero fíjate el bufón macanudo que te tocó.
Escuchó por un rato a la carta hasta que ésta, repentinamente, se inmovilizó y no volvió a generar ni un mínimo sonido. Se pellizcó tanto la nuca que ya estaba colorada, se comió tanto las uñas que llegaron a sangrarle, había estado moviendo tanto la pierna que se encontraba cansada como si hubiese estado corriendo por horas. Quedó atónito y mas ansioso de lo que ya estaba.
Fue corriendo a la cocina y la vio. La cucaracha se estaba metiendo abajo de la encimera. "Mierda, está pasando" pensó. Miró rápidamente para atrás, buscando la mirada de alguien inexistente.
Dejó que el tiempo pasara, no había mucho más para hacer que esperar.
El día esperado, el día que anunciaban al ganador de la lotería, él fue a la quiniela para ser el primero en saber el resultado. Había caminado esas cuatro cuadras más rápido que nunca, sin mirar para atrás, tan rápido que llegó antes de tiempo.
- Hola - esa vez si se le escucho.
- Hola amigo, ¿cómo va?, ¿ansioso? - le respondió Miguel notándolo nervioso.
No le contestó, siguió sumergido en sus pensamientos, rogando que el número anunciado no sea el 1310. Se pellizcó más la nuca. Miguel le seguía hablando, él no lo estaba escuchando, no era una de sus fortalezas el prestar atención.
- Che, hola, hola, ¿me escuchas? - la voz del viejo volvió a su mundo. - Ya esta el número ganador - añadió cuando observó que había despertado del sueño y lo estaba escuchando. - 1310.
- Mentira - dijo, más para él mismo que para Miguel.
- No estoy jodiendo querido, ¿a qué número apostaste? - le respondió Miguel, mirándolo por encima de sus anteojos.
No hizo falta que contestara, Miguel pudo descifrar, a través de esos anteojos de vidrios anchos, el número en el papel sostenido en su mano temblorosa. No le dio tiempo de decirle nada ya que, así como entr, salió. Corrió y corrió. "Está pasando, otra vez está pasando. No puede ser. Todo era verdad", pensaba mientras se pellizcaba la nuca.
Entró al departamento, no se sacó las viejas alpargatas, no encendió la radio, ni se dirigió a la cocina. Fue directo a la cama deshecha. Estuvo ahí varios minutos, habrá pasado una hora, una hora y media, dos horas. Llegado el momento, decidió levantarse e ir a por un cuchillo. Luego, con éste en mano, se dirigió al sillón individual tapizado de verde oscuro que estaba en una esquina de la habitación. El sillón tenía años, estaba de decoración, nunca se sentaba en él, sin embargo, guardaba un secreto, o mejor dicho, un final. Lo dio vuelta, de manera que la parte de atrás del respaldo apuntara hacia él. Se pellizco la nuca. Luego, con poca sutileza lo apuñaló. Al rasgarse y abrirse la tela, vio su final.
Con el calibre .22 en mano (Bersa Thunder) continuó hacia el pequeño baño donde, después de entrar, cerró la puerta. Estuvo parado frente al sucio espejo durante unos minutos. Se analizó, vio su pelo largo, descuidado y engrasado, vio sus ojos saltones y perdidos acompañados de horrorosas bolsas, vio como las comisuras de su boca se inclinaban hacia abajo, vio su rostro chupado hacia adentro, se vio ya muerto.
Se pellizco la nuca por última vez. Mientras seguía viéndose, abrió la boca y apoyo el arma dentro de ella.
¡PUM!
A la hora se escucha el timbre.
¡RING! ¡RING!
Un cuerpo tirado, rodeado de sangre, en un baño era incapaz de atender.
¡RIIIIIIIIING!
Ahora se le sumaba fuertes golpes en la puerta.
Pero nada.
Dos minutos después, un típico viejo amargado tiró la puerta abajo. Al entrar, sacó una pistola del cinturón, el cual sostenía unos holgados pantalones caqui, una Colt Mustang.
- ¿Dónde estás querido? - dijo con una media sonrisa. - Vengo a buscar lo que me pertenece.
Al dar tres pasos más en el caos, descubrió el charco rojo que estaba deslizándose por debajo de la puerta. Dio otros tres pasos y abrió la abrió.
- Hijo de puta.
El cuerpo estaba desordenadamente recostado dentro del pequeño baño, el cual el piso se había convertido en sangre. El viejo, en estado de shock, se agacha y agarra el calibre .22.
- ¡Carajo! - exclamó al darse cuenta de la estupidez que acababa de hacer.
Devolvió el arma y comenzó a retroceder.
- ¡Mierda y más mierda!
El típico viejo amargado había pisado la sangre y ahora estaba dejando su rastro en el trayecto. Se dio la vuelta. Si hubiese tenido alas, se hubiese ido volando.
En el diario del 15 de Octubre del 2016 aparecía la noticia:
ASESINAN A UN HOMBRE QUE ACABABA DE GANAR LA LOTERÍA
Sucedió el 13/10 a las 14hs. La víctima, identificada como Manuel Pedraza, tenía 34 años y acababa de sacar el número de la lotería.
Manuel estaba en su departamento en el barrio de Florida en Vicente López cuando el sospechoso, Miguel Castellano, irrumpió en su casa y le pegó un tiro. La bala impactó en su cabeza, se cree que fue un crimen relacionado con la plata que obtendría el muchacho.
El cuerpo del joven se encontraba tirado en el baño, por lo que se puede llegar a pensar que el asesino sorprendió a Pedraza. La victima sostenía una carta de comodín en una mano y, en la otra, un calibre .22, por consiguiente, se sospecha de un intento de recrear una escena de suicidio.
Las huellas de Castellano se encuentran en varios lugares, tanto como en la puerta de entrada como hasta en el arma sostenida por el muchacho. El ambiente se encontraba desordenado, se supone que el sospechoso buscaba algo.
Hola Lara, elegí tu blog porque me llamó la atención tu estilo, muy diferente a los demás. Tu título me parece genial y en cuanto a los textos vi que fueron cambiando los formatos, los más viejos se veían más estructurados (lo cual no lo considero malo) y a medida que fuiste haciendo otros pude observar que te fuiste soltando cada vez más, como que fuiste encontrando tu onda en el blog, o eso es lo que parece. Quiero destacar dos textos tuyos, el primero "cicatrices", no solo por su contenido, sino también por el mismo problema que tuve yo, sinceramente creía que era la única que le costó horrores esa actividad, y al leer tu texto me sentí más acompañada en el sentimiento (inserto meme: I know that feel bro). Por otro lado, quiero destacar tu cuento "el comodín de la muerte", me pareció una genialidad y esta dentro de mis favoritos. Creo que lograste muchas cosas con tu texto, desde una intriga y suspenso con el comodín que habla y la secuencia que hechos extraños que le siguieron que, lograron llenarme de dudas e hipótesis, hasta ese final tan distinto, ya que no fue un suicidio más, sino que le diste esa vuelta de tuerca que me terminó de sorprender por completo.
ResponderBorrarLo único que te sugeriría es que a los textos que son de análisis como los de Piglia o King le pongas un título que tenga que ver con tu análisis y no tanto con la consigna, pero lo demás me parece excelente.
Hola Marlene, primero que nada, muchas gracias! Me pone muy contenta este comentario, enserio. La verdad es que no se me ocurría algo interesante pero intente de dar lo mejor así que me alegra que haya "dado frutos" (no quería usar esa expresión de vieja pero fue). También me parece muy lindo que te hayas podido sentir reconfortada con mi texto "Cicatrices", nunca esta demás sentirse acompañada, a veces es de gran ayuda y es lo que una necesita. Gracias por tomarte un tiempo para revisar mi blog y aportar un comentario junto a un consejo, lo voy a tener en cuenta :) .
BorrarPd: like al meme.